José Antonio García Rubio
La evolución de Unidas Podemos no afecta solamente a las fuerzas que la integran y a su afiliación; es una cuestión trascendente hoy para el conjunto de la izquierda y de las fuerzas progresistas.
La Conferencia Política del PCE está celebrándose en estos
días y la XII Asamblea Federal de IU tendrá lugar a mediados de enero. En ambos
casos, por encima del debate crucial y necesario sobre el proyecto para los
fundamentos económicos, políticos, sociales y culturales de la “nueva realidad”
se quiere superponer la integración de IU en Podemos o la llamada “superación
de IU” que sus promotores siempre entendieron y escribieron con la acepción “dejar
atrás” a IU.El pueblo español tiene un camino
que conduce a una estrella,
escultura de Alberto Sánchez
Museo Reina Sofía
Foto: CI
Se pretende terminar de cumplir la hoja de ruta que se definió
en la conocida reunión del chalet de Ávila, hace ya más de cinco años. Pero la
realidad ha sido muy testaruda. El primer intento significativo (el empotramiento
de candidatos de IU en las listas de Podemos en las elecciones generales de
2015) fracasó por un quítame allá la cabeza de lista en una provincia andaluza.
A muy pocos días del cierre del plazo para presentar candidaturas, IU tuvo que improvisar
listas, campaña y presupuestos; el resultado fue muy malo y sólo se obtuvieron
983.000 votos y 2 diputados. (En 2011, con Cayo Lara, fueron 1.686.000 votos y
11 diputados).
Conseguida la coalición IU-Podemos para 2016, su historia
electoral es conocida. En cada convocatoria una nueva pérdida de votos y
representantes. El electorado no reconoce el valor de Unidas Podemos y lo
manifiesta. Peor aún se comporta la supuesta
dinámica unitaria de Unidas Podemos. A partir de su creación, se marcharon de
Podemos Bescansa, Más Madrid (con Errejón) y Anticapitalistas en Andalucía. De
IU salió Izquierda Abierta (encabezada por Gaspar Llamazares), se presentó una
candidatura de coalición diferente a UP en Madrid en las autonómicas y municipales
de 2019 (Madrid en Pie), se expulsó al Partido Feminista (dirigido por Lidia
Falcón), se produjo la vinculación de Nuet y su grupo a ERC, y, finalmente
hasta el momento, la reciente disolución de En Marea. Al mismo tiempo la
participación de la afiliación en los procesos internos ha ido reduciéndose muy
significativamente. Según datos de la organización en el referéndum sobre el
preacuerdo de Gobierno entre Unidas Podemos y el PSOE sólo participó el 31,20%
del censo con derecho a voto.