Joaquín Iborra
El llamado Acuerdo de Abraham es una cobertura para resideñar la región en favor de Israel, EE.UU. y algunas monarquías del Golfo.
El martes 15 de septiembre, se firmó en la Casa Blanca, un acuerdo de Paz entre Israel, Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos. Es el nuevo Acuerdo del Siglo y su nombre para la historia, el Acuerdo de Abraham.
Entre el 25 y el 31 de agosto de 2020 se produjeron tres visitas relámpago de la diplomacia anglosajona a Israel. El 25 de agosto Dominic Raab responsable de la política exterior del Reino Unido y el 26 secretario de Estado de los EEUU, Mike Pompeo y el 31 la de Jared Kushner, alto asesor en política exterior del presidente de Estados Unidos Donald Trump.
Todas enmarcadas en una gira por varios países para convencerles de las virtudes del Acuerdo de Abraham que días antes, Israel y los Emiratos Árabes Unidos habían acordado firmar.
¿Qué es el Acuerdo de Abraham? Es el reconocimiento de facto del Estado del Israel por los Emiratos Árabes Unidos que consiguen que la pretendida anexión de parte de Cisjordania por Israel se posponga sine die.
Una anexión que la propia comunidad Internacional, con la ONU y la UE a la cabeza, ya habían conseguido posponer.
¿Parece, entonces, que esta no ha sido la causa de la firma de la “paz” entre Emiratos e Israel? Ciertamente, no; principalmente porque ambos Estados no estaban en guerra y llevan años comerciando y llevando políticas comunes en temas de defensa y espionaje.
El acuerdo, ha sido solo la excusa, dentro de la campaña de “máxima presión” de Washington contra Irán, para establecer nuevas alianzas contra el Régimen de los Ayatolas.
De hecho, Pompeo viajó a Sudán, donde se reunió con los dos máximos dirigentes del país, Abdalla Hamdok y Abdelfatah al-Burhan, para “expresar su apoyo a la profundización de la relación Sudán-Israel”.
Una tapadera para discutir las condiciones de Washington para apoyar al Gobierno de transición dominado por los militares de Sudán frente al anterior gobierno derrocado de Omar al-Bashir que era respaldado por la Hermandad Musulmana pro iraní. Curiosamente, el golpe militar fue respaldado por los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.
Aun así, Pompeo se ha llevado una negativa de Jartum a normalizar las relaciones con Israel.
Pompeo también se reunió con el príncipe de Bahréin, Salman bin Hamad Al Khalifa. Bahréin alberga a la VI Flota de Estados Unidos buscando que se una a sus vecinos en reconocimiento de Israel, cosa que si ha hecho, firmando junto a los Emiratos Árabes, el acuerdo el martes 15 de septiembre.
Estos tres viajes, coincidieron con la serie de bombardeos nocturnos contra la zona de Gaza por parte del ejército israelí, lo que en Israel se conoce como la “campaña entre guerras”, que consiste en ataques dirigidos contra los aliados de Irán en Palestina, Siria, Líbano e Irak, con el fin de evitar que Irán tenga una posición ventajosa en caso de una conflagración entre Tel Aviv y Teherán.
Mientras, Palestina, que suspendió las conversaciones de paz con Israel en 2014 y que se ha opuesto al primer Acuerdo del Siglo, dólares por territorio, de Trump, ve como de nuevo es un mero espectador de su propia historia.
Una región, la Palestina, que está sufriendo una segunda ola de la pandemia del Covid19 de una manera atroz, con más de 400 casos diarios, llegando hasta los 600, y con casi 34.000 contagiados, sobre una población que no llega a los 5 millones de habitantes.
Por poner un pequeño ejemplo de cómo está sufriendo la población esta pandemia, Israel confiscó tiendas, algunas destinadas a un hospital de campaña para Khirbet Ibzik (Cisjordania), a finales de marzo, y, posteriormente, bloqueó la construcción de una ampliación del hospital de campaña en terrenos privados palestinos en Hebrón.
Netanyahu sigue encabezado, junto a su ministro de defensa y viceprimer ministro y jefe de una oposición que no existe, Benny Gantz, un gobierno que promueve los asentamientos ilegales en suelo palestino y el apartheid en esos territorios ocupados. Un gobierno que no desea la paz y ningún tipo de convivencia, sino que los palestinos se rindan bajo el régimen de apartheid israelí.
Nadie ha hablado con la Autoridad Palestina, nada hay en el Acuerdo de Abraham sobre sus condiciones miserables de vida, nada sobre el respeto a sus fronteras y las resoluciones de las ONU.
El Acuerdo de Abraham, se trata, simplemente, de un acuerdo entre tres países con usos totalitarios, para favorecer sus intereses nacionales a costa del futuro del pueblo palestino dentro de una política de agresión continua contra Irán por el control y la ruta de esos recursos naturales, gas y petróleo, tan necesarios para el control de la economía mundial.